Esta práctica médica, iniciada
por el psiquiatra estadounidense Clifford Whittingham Beers allá por 1909,
define el conjunto de hábitos que permiten a una persona gozar de salud mental
y estar en armonía con su entorno sociocultural. La higiene mental consiste en
un equilibrio emocional y cognitivo entre nuestras expectativas y lo que nos
pasa en el aquí y el ahora.
Una persona con higiene mental:
1-.
Siempre toma la iniciativa.
2-.
Continuamente está motivado e inspirado.
3-. Su espíritu de lucha es inagotable.
4-. Es una persona con inteligencia emocional
desarrollada.
5-. Su autoestima es elevada.
6-.
Desarrolla la empatía y controla el juicio.
7-. Tiene capacidad para resolver situaciones
complejas.
8-.
Es creativa e innovadora.
Asegúrate que tus ejecutivos y trabajadores
gozan de salud mental, porque de lo contrario no serán productivos e
innovadores.
Caminar por la calle, trabajar,
dormir o tratar de estudiar dándole vueltas al mismo asunto, es un claro síntoma
de colapso mental, que puede hacer que el cerebro diga “reseteó” y se borre la
memoria, para liberar ese estrés. Conquistar nuestra mente, logrando que actué
a nuestro favor requiere de inteligencia emocional e higiene mental.
Comienza a cultivar tu intelecto
con información que te permita una adecuada higiene mental.
1. Cuestiónate tus expectativas
En ocasiones, buena parte del
dolor emocional que nos produce nuestra vida viene de la existencia de unas
expectativas poco razonables. Las expectativas deben ser solo personales, es
absurdo vivir basándonos en perspectivas de otras vidas, aunque sean nuestros
propios hijos. Por eso es bueno preguntarse de dónde han llegado esas
expectativas: ¿son fruto de la publicidad y del marketing? ¿Nos estamos
comparando con personas a las que apenas conocemos y que fácilmente pueden
ofrecer su mejor versión?
Escribe tus expectativas
innovadoras.
2. Despréndete de los imposibles
Otra clave para aplicar la
higiene mental es reflexionar acerca de qué objetivos, metas o propósito
queremos alcanzar. Siempre que dependan de nosotros mismos son alcanzables. Las
metas deben estar desprendidas de EGO, odio, revancha. También debe existir humildad, no existe mayor logro que ser amigo
de los socios, el primer signo de soberbia pura es la incapacidad para trabajar
en equipos. Establece tus metas personales, contemplando constantemente ese
factor externo que no controlamos y aprende analizar con objetividad tu
avance. Abandona toda meta sobre la base
de terceros, las metas en conjunto deben estar acompañadas de unas reglas de
juego y contemplando hasta donde se puede negociar.
Lo único que no tiene solución en
la muerte.
3. Cuida de tus relaciones
Párate a pensar sobre tus
relaciones y examina si estas son mutuas, empáticas o no. ¿Pasas mucho tiempo
dedicando tiempo y esfuerzos a mantenerte cerca de gente que no te corresponde?
¿Dejas pasar la oportunidad de estrechar lazos afectivos con gente para la que
eres muy importante?
El amor, la amistad, el afecto,
la fidelidad no se compran, se cultivan desde el corazón.
4. Piensa sobre tus necesidades
básicas
Es difícil sentirse bien
psicológicamente si las necesidades básicas no están cubiertas. Es por eso que
para aplicar la higiene mental es necesario tener garantizada una buena
alimentación, un hogar y las suficientes horas de sueño. Este último factor, que
muchas veces es ignorado, es fundamental para que nuestro cuerpo se repare
(incluyendo el cerebro, responsable de nuestra vida mental) y, por lo que
respecta a la dieta, es importante tener claro que comer mucho no equivale a
disponer de todos los materiales que el organismo necesita para funcionar bien.
El ejercicio de caminar,
respirar, hacer yoga te permiten fortalecer tanto el cuerpo como el cerebro.
Esos que nunca salen de su casa, caminan en el estacionamiento de su residencia
por miedo, viven en una prisión mental. Cambie de ambiente, salga, visite,
regálese otros paisajes.
5. Práctica la resiliencia: Es la
capacidad de afrontar situaciones de crisis que pueden poner en riesgo nuestra
felicidad, como la muerte de un amigo, una separación, quiebra o un despido,
agregándole un ingrediente adicional, el aprendizaje. Ninguna persona que
estuvo al borde de la muerte tiene tiempo para aburrirse, para dañar a otros o
para odiar. La resiliencia te convierte en tu mejor versión. La resiliencia es
una herramienta de la higiene mental.
Si pasaste por cosas terribles y
no eres mejor persona, tarde o temprano repetirán.
6. Márcate objetivos concretos
No existe nada que active tanto
nuestra mente, como una serie de objetivos que tengan un significado para
nosotros. Realiza un plan, coloca fechas y establece posibles variaciones en la
ejecución.
Tu capacidad de evaluar tus
pequeños avances diarios, elevarán tu confianza y autoestima.
7. Continúa tu preparación
Jamás dejamos de aprender, sigue
adquiriendo, conocimientos y herramientas que te permitan mejorar tu situación
actual, tanto física como intelectualmente. Aprende hacer cosas nuevas.
Tu talento es infinito, un día
que no aprendes algo nuevo, es un día perdido.
8. Practica la atención plena
Gestionar los descansos y los
momentos de relajación es imprescindible para aplicar la higiene mental; no
podemos estar siempre dándole vueltas a lo mismo o realizando las mismas
actividades frenéticas. Descansar del trabajo y de las responsabilidades nos permitirá
liberar nuestra mente y romper con los pensamientos en bucle. Medite, rece,
comparta con amigos temas amenos y enriquecedores. Planifique horas sin tocar
el teléfono para vivir su vida y no la de otros. Salga de su burbuja para experimentar.
La forma más fácil de llegar a la
locura es una obsesión, acepte que cada situación tiene su tiempo de caducidad
o solución, aprenda a disfrutar en medio del caos.
Vive el presente, acepta el
presente, es tu mayor tesoro, elimina la ansiedad por un futuro que NO puedes
controlar y depresión por un pasado que NO puedes cambiar.
Acepta los hechos tal cual son,
acepta a las personas como son, acéptate con
tus luces y sombras.
Toda enfermedad tiene su raíz emocional…. Enfermedades y Emociones
Les deseo días de renovación.
Feliz semana.
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