¿Liberalismo o marxismo?...TU consejo financiero

  

El marxismo es el conjunto de doctrinas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo y periodista alemán, y de su compañero Friedrich Engels, quien le ayudó en muchos de los avances de sus teorías, un conjunto de ideas, conceptos, tesis, teorías y propuestas de índole filosófica, ideológica, política y económica, así como cierta concepción del mundo, la vida social y política. Concebida en el siglo XIX y reflejo del pensamiento filosófico de la época. Marx no inventó el socialismo, predijo un mundo comunista, adoctrinamiento para controlar y dirigir la actividad económica. En pocas palabras, Marx cree que necesitamos un papa que nos diga que hacer.

El liberalismo económico es una doctrina que señala que la mejor forma de alcanzar el desarrollo económico y la eficiencia en la asignación de los recursos es a través de un mercado libre sin la intervención del Estado (regulaciones, impuestos, etc.). Los defensores aseguran que gracias al libre comercio, los consumidores pueden disfrutar de una mayor variedad de productos y servicios a un precio más accesible debido a la presión de la competencia. El verdadero precursor del liberalismo económico fue Adam Smith, economista inglés, quien en su obra “La riqueza de las Naciones” de 1776, desarrolló la idea de “mano invisible” que consiste en que los individuos, al buscar su propio beneficio, empujan a la economía a un equilibrio óptimo que promueve el bienestar social sin que sea necesaria la intervención del Estado.

Podemos decir que el liberalismo y el marxismo son fenómenos provenientes del mismo punto, pero que se han enfrentado teórica y políticamente. Fáctica e históricamente ambos han fracasado en llevar sus postulados y modelos a la práctica. Los sistemas políticos aún son los rigen y dirigen la vida económica del mundo. La democracia mundialmente agoniza, porque es el único  sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes y es un hecho, así como mueren las libertades, reina el control sobre el ser humano. 

Los países están inmersos entre liberales, comunistas y socialistas. Todos viven, todos se mezclan y todos mantienen el discurso que más les conviene para mantener el poder y el control, además de tener al colectivo ocupado tratando de definir quién es quién. Hoy en día, solo se puede definir la legitimidad de un gobierno por sus socios comerciales, por sus políticas internacionales y sobre todo por la forma como vive su gente.

Los nuevos tiempos, exigen políticas y estrategias nuevas, que se adapten a las nuevas condiciones del mundo, por lo tanto debe ser dirigida por líderes interesados en una sociedad humanista (ser humano es primero), ecologista (cuidando el medio ambiente) y con sostenibilidad (todos deben ganar). Deje de criticar el pasado y a sus líderes, deje de préstales atención, deje de hablar de ellos y seguirlos en las redes y enfóquese en hacer su parte.

Ni liberalismo, no socialismo, ni comunismo, enfoquemos nuestras acciones en recuperar la verdadera democracia, un mundo en PAZ. 

 

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