En economía, política, salud
y en ciencias sociales en general, contamos con profesionales, que se creen expertos,
que NO saben más de lo que tú y yo sabemos, solo que saben contarlo mejor y nos
aturden con sus proyecciones y modelos matemáticos, y así nos convencen de
verdades, hechas a su medida. Estos profesionales pueden hablar por un grupo,
consorcio o ideología política.
El libro “El Cisne Negro” de
Nassim Nicholas Taleb, nos otorga una
perspectiva diferente para:
1-
Los inversores de los mercados financieros.
2-
Quienes pretenden alcanzar la independencia
financiera.
3- Aprender a gestionar el riesgo.
4- Las personas a las que les gusta pensar fuera de la caja y “creer” en lo improbable.
Nassim nació en el Líbano en
una familia influyente, pero emigró a los Estados Unidos. Tiene un máster y un
doctorado en matemáticas (estadística y análisis de riesgos) por la Universidad
de París. También tiene un MBA de la Wharton School.
Nassim es muy influyente en
los mercados de capitales y logró su fortuna en un evento Cisne Negro conocido
como Lunes Negro. Anteriormente fue director general de Credit Suisse y fundó
Empirica Capital.
Otras obras suyas conocidas
son: “Antifrágil”, “¿Existe la suerte?” y “Jugarse la Piel”.
Los cisnes negros podríamos
verlos venir si pudiéramos procesar toda la información del mundo, pero debido
a que nuestras capacidades son limitadas, lo mejor que podemos hacer es prepararnos
para cuando estos lleguen.
Nunca intentes explicar el
futuro, solo utilizando el pasado como referencia, debido a que un evento malo aparentemente, puede ser un golpe de suerte o una gran crisis
para algunos, se puede considerar una gran oportunidad para otros. El Covid-19 es un cisne negro.
Tenemos la tendencia de
asumir que aquello que ha pasado, lo que hemos vivido, se repetirá o que tiene más probabilidad de repetirse solo porque ya
lo hemos visto o viceversa.
Un gran ejemplo es el de las
monedas, si al tirar una moneda, vemos que sale cara varias veces es probable
que pensemos que como ha salido cara tantas veces es menos probable que vuelva
a caer en cara.
La información extraída del
pasado tiene peso, y está bien usarla para hacer suposiciones sobre el futuro
pero hay que tener en cuenta que las circunstancias pueden cambiar y que nunca tenemos toda la información así
que puede que nuestras hipótesis sean erróneas.
A simple vista podríamos
pensar que las probabilidades que asociamos a cierto eventos son correctas y
que simplemente con tenerlas en cuenta podemos controlar nuestro nivel de
riesgo.
Pero el problema con este
enfoque está en que si asumimos esto, estamos aceptando que tenemos toda la
información necesaria para tomar una decisión acertada. Las probabilidades
pueden variar enormemente según la situación y esto es algo que no solemos
tener en cuenta. Nos gustan las historias y establecer patrones, para sentirnos
seguros, ya que las verdades desnudas no hacen vulnerables.
¿Qué
economista considero en sus proyecciones un evento en un laboratorio con un murciélago?
Así mismo funcionan todas
las proyecciones económicas, que por cierto comente en escritos anteriores, se
cumplen en porcentajes muy bajos. Es insólito este evento, pero explica que no
manejamos gran parte de la información al momento de decidir o por lo tanto
estamos sujetos al factor SUERTE, azar o llámele como más le guste. Las estadísticas de
divorciados, no pueden influir en tu decisión de matrimonio y las caídas de aviones por
pueden fundamentar tus miedos. Así enfoca, este maravilloso autor su apreciación.
En lo personal, lo tomo como referencia.
Siempre tenemos que tener en cuenta, que lo que asumimos que va a pasar, solo es una posibilidad y que la probabilidad real muchas veces es diferente a la que creemos.
Aportes del libro:
Centrarse menos en la
planificación.
Reconocer las oportunidades.
Es impredecible lo que nos
puede pasar, aplíquelo para todo y en positivo.
Vivir con la ilusión de la
tranquilidad, es más económico.
La incertidumbre de lo
desconocido, es desconocida.
La predicción es arrogante.
Los cisnes negros siempre
son inesperados y cambian el mundo.
Adivinar y predecir es lo
mismo.
El exceso de estudio o
conocimiento, aumenta tus probabilidades, aumenta tus hipótesis y aumenta tu capacidad de fallar.
Escuchar noticias a cada
hora, te hace menos capaz de valuar los eventos objetivamente, pues no tienes
tiempo de procesar la información. Se selectivo en este respecto con la fuente.
El problema con los
expertos, es que NO saben, lo que no saben.
Trabaja con ahínco para
permitir que la contingencia entre en tu vida profesional de manera favorable.
Invierte en estar preparado,
más que predecir, eso te garantiza saber responder en un momento dado.
Millonarios y fracasados, tienen en sus cualidades el coraje, saber correr riesgos y optimismo, es decir, todo lo que se requiere para alcanzar el éxito. Solo que con un factor diferente, la suerte.
FUENTE: El Cisne Negro: El
Impacto De Lo Altamente Improbable. Nassim Nicholas
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